Un lugar emblemático, que data de tiempos primitivos. La Cuesta de Zapata, más que una antigua ruta, es un viaje por un camino tangible, hacia la historia grande de nuestros ancestros y se encuentra a escasos kilómetros de la ciudad de Tinogasta.
Diversos estudios revelaron, que antiguamente fue parte de un Camino Inca, que comunicaba las comunidades aborígenes de Shinkal (Belén) y Watungasta (Tinogasta) su uso se mantuvo hasta la época de la independencia. Posteriormente en el año 1864, fue ideado como ruta comercial entre ambos departamentos y luego fue parte de la reconocida Ruta Nacional 40, hasta el año 1979.
Actualmente, con más de 500 años de historia, es apenas una huella olvidada en el tiempo, pero en sus quebradas esconde un futuro inconcebible, ya que su grandiosa historia lo arroja como un potencial turístico aun no explotado. No obstante en 1950, fue elegido como uno de los cincos lugares más emblemáticos, para ser impresos en las estampillas del Correo Argentino.
Es la única cuesta del país, que mereció un sello postal del Correo Argentino. De esta manera a fines de los años 1950, se imprimieron estampillas con paisajes argentinos: Puente del Inca, Mar del Plata, Quebrada de Humahuaca, Cataratas de Iguazú y también la Cuesta de Zapata.
DECLARADA COMO PATRIMONIO HISTÓRICO Y TURÍSTICO
En el año 2014, la Cámara de Senadores de Catamarca dio media sanción al proyecto de ley a través del cual se declara a la Cuesta de Zapata, Patrimonio Histórico, Turístico y Cultural de la Provincia de Catamarca, que vincula por la traza de la Ruta Provincial Nº 3 a los departamentos Tinogasta y Belén, con el fin de realizar un reconocimiento a sus antecedentes históricos y así fomentar el desarrollo de la economía local, regional y la planificación territorial en beneficio de la actividad turística, la cual en conjunto con el Paso de San Francisco podría generar un importante circuito turístico y económico que favorece a todo el oeste de la Provincia de Catamarca.
Crédito: Carlos Buslaiman